miércoles, 31 de octubre de 2007

“Tráeme a mis hijos de vuelta”, clama la madre


BONAO.- El pasado domingo en la tarde, Alberto y Mónica tomaron prestado un vehículo y llevaron a sus tres hijos Smarlin, de 8 años; Ashley, de 4, y Jefferson, de 3, a un pasadía de su iglesia en la vecina localidad de El Puerto. Allí los chiquillos corretearon y se divirtieron junto a otros niños. Regresaron al hogar cerca de las 6:00 p.m., temprano para poder devolver el vehículo a su dueño.

No existía forma de imaginar que una mano infernal, con forma de agua, preparaba su equipaje de muerte y destrucción para arrebatarles su tesoro más preciado: sus hijos Smarlin y Jefferson. Acostaron temprano, a los niños, como era costumbre, pues en la mañana las dos mayores debían asistir a clases.

Cenaron y jugaron dominó junto a otros miembros de su comunidad cristiana. Cerca de las 12:00 de la medianoche éstos se marcharon en medio del aguacero. Pronto la pareja también se fue a la cama.Leer más

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