Dijeron que temieron que les ocurra lo mismo que a sus vecinos de La Cueva del Duey, a quienes la madrugada del pasado 29 de octubre las crecientes de los ríos Duey y el Arroyón, borraron su comunidad arrastrando consigo numerosas familias y sus bienes.
Sin embargo, estas personas que todavía tienen vivas las huellas dejadas por las crecientes de los acuíferos dentro de sus casas, patios y pequeñas parcelas, continúan en esa comunidad letal, sembrada de hostilidad. Leer más
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