Durante un encuentro mantenido con párrocos romanos debido al inicio de la Cuaresma, el Papa Benedicto XVI recordó que existe la condena eterna del infierno, un lugar al que pueden ir a parar todos los que se unan al pecado.
También volvió al concepto de que seremos juzgados, señalando que “no todos nos presentaremos iguales al banquete del Paraíso”, por eso serán muchos los que tengan que purificarse “para afrontar el Juicio Final”.
Teólogos y expertos eclesiales debaten sobre el mensaje del Pontífice y sus razones, cuya rotundidad se deja ver con frases en las que asemeja la vida occidental con “una viña devastada por jabalíes”.
Nadie puede negar que, sea para pronunciarse a favor o en contra, las palabras de Benedicto XVI darán lugar a reflexiones en todo el mundo y tendrán una repercusión en el modo de entender el comportamiento actual del ser humano y la sociedad. Leer más
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